Las Viñas que ocupan una extensión de más de 500 hectáreas se encuentran en una altitud comprendida entre los 500 y 700 metros que permiten obtener una óptima calidad, son de variedades autóctonas de la Rioja:
BLANCAS:
Viura: Su vino es muy resistente a la oxidación. Sus mostos, comercializados como tales, son muy interesantes por su palidez y frescura, Proporciona caldos muy pálidos de sabor a fruto y de acidez fija fuerte.
TINTAS:
Mazuelo: Ofrece unos vinos robustos y equilibrados, con gran color y abundantes taninos que la hacen idónea para el envejecimiento. Se complementa muy bien con la Garnacha y la Tempranillo
Graciano: Aromática, de viva acidez y abundante tanino. Da lugar a vinos muy apreciados por conferirles un peculiar aroma. Los vinos jóvenes de Graciano son muy tánicos, broncos y ásperos, pero experimentan una magnífica evolución durante la crianza en madera y botella.
Tempranillo: Genera vinos de calidad, equilibrados y aromáticos, de acidez y graduación medias. Su sabor es muy afrutado y posee un color rubí característico, apreciable sobre todo en los vinos jóvenes, aunque presenta excelentes aptitudes para la crianza.
Garnacha: Esta gran variedad de zonas de cultivo da lugar a una amplia variedad de vinos, en general de alto contenido alcohólico y aromáticos. Apta para crianza en mezcla con otras variedades
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